martes, 10 de noviembre de 2009

En el parque...

Y me fui al parque.

Allí es donde quería estar, y donde tenía que estar. Allí, entre plantas, niños y ancianos. Ellos y yo. Yo, tan mustia como una planta en otoño, sólo movida por la violenta brisa fría, tan inmadura como los niños, pataleando cuando lo más mínimo sale mal, y tan poco entusiasta como un anciano que pasea en soledad y se sienta en un banco a ver la vida pasar.


Me puse los auriculares de mi viejo cacharro mp3, subí el volumen al máximo para escuchar esas canciones que me apetecía escuchar, mientras saboreaba la última barrita de chocolate con leche que compré el jueves. Eran las cinco de la tarde y lucía pleno sol... pero ¡estaba todo tan oscuro!

Pero llegaste. Y entre tanta hoja caída, había una hermosa rosa roja. No hacían falta palabras. Ni siquiera hacía falta seguir pensando. Estabas allí, conmigo. Eran las cinco y media de la tarde, y amaneció. El sol empezaba (ahora sí) a brillar con fuerza.

4 comentarios:

  1. Como siempre, todo tiene solución menos la muerte. Mientras puedas seguir posteando y mirando cosillas en Internet, faltará mucho para acabar como las pobres personas que acaban viviendo en la calle. Tenemos más de lo que creemos, sobrevaloramos los problemas.

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  2. Por cierto, también estaba comiéndome tu Kit-Kat :) Gracias crack

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  3. El q se supone que llegó es el pringao este? anda home, si ese trae mas oscuridad que un vacío cuántico, ese tio sale por la noche y se dedica a meterle mano a las niñas y niños por que no se le vé, de lo oscuro que lleva consigo mismo, si se levanta los pantalones y no tiene piel, solo pelos, deberian usarlo pa dar sombra con la peazo de cabeza que tiene! un beso laura y parriba carajo, q hay 98437639846739483968 cosas peores!

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  4. me lo voy a plantear esto de ireme una tarde al parque por que si, y escuchar musica mientras veo a la gente pasar...

    bss

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